Una dimensión notable de la pandemia en Brasil es revelar la gran cantidad de personal extraordinario de salud pública (médicos, enfermeras, técnicos de enfermería) peleando, en primera línea, para proteger a las víctimas. Cientos de ellos ya han muerto en esa pelea. Por otro lado, los debates públicos revelan la calidad y cantidad del personal de las universidades públicas y los centros públicos de investigación, presentes en todos los medios y en los textos de análisis sobre pandemias.
Sin embargo, Bolsonaro dice que "los civiles han fracasado", como justificación para apelar a los militares a que encabecen el Ministerio de Salud y lo ocupen, ya con algunas docenas de militares en los puestos más importantes. Del grupo de más de 3.000 soldados en el Gobierno, unos 20 ya están en el Ministerio de Salud, incluido en el cargo de ministro. Bolsonaro y los militares asumen así la responsabilidad de llevar a cabo la política gubernamental sobre la pandemia y los graves efectos que tiene en Brasil. El país se ha convertido, debido a la falta de liderazgo del Gobierno y la falta de prioridad que debe tener el tema, en el segundo país del mundo con más víctimas de la pandemia y en el nuevo epicentro mundial del coronavirus. No hay una política, un plan de acción, una prioridad ni una atención especial del Gobierno para enfrentar la pandemia. (klik egin-ver más)
Emir Sader, en eldiario.es
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