A escasos metros de la muga 217, en territorio bajonavarro, la cueva de Harpea es uno de los lugares más excepcionales de nuestra geografía. Descubrir ese paraje oculto siempre produce impresión aunque hayamos estado allí decenas de veces. Un buen lugar para meditar sobre la vida de nuestros antepasados.
El acceso más breve es desde el collado de Organbide, al que se llega desde Esterenzubi o desde la fábrica de Orbaitzeta. Desde el camino de Irabia también es breve, pero un poco más comprometido con niebla. En Harpea, además de la cueva y de sus espectaculares pliegues, además de la soledad y la placidez, podemos observar sus bucólicos puentes y los meandros del arroyo, su redil para el ganado lanar y su calzada. Un lugar irrepetible. Ojalá siga como está miles de años.
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