lunes, 9 de febrero de 2015

MUCHOS OJOS, POCAS MANOS

Hace unos días, entrando en Barcelona por la Diagonal, me sorprendió una enorme pancarta colgada en la balconada de un edificio en la que se leía un mensaje ciertamente estridente: “Fora inútils polítics”. Ignoro los motivos, porque no se daban más pistas, pero la frase me resultó extremadamente inquietante. ¿Qué quería decir exactamente? Porque no es lo mismo pedir que se vayan los políticos inútiles, con lo que podríamos estar de acuerdo, que pedir que se vayan los inútiles de los políticos. Eso es otra cosa. La generalización implica un nivel de descrédito de la política que resulta peligroso. ¿Cómo hemos llegado hasta aquí? (klik egin-ver más)
Milagros Pérez Oliva, en El País

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